Tradicionalemente,el violín se ha enseñado
bajo la modalidad de la clase individual en donde el alumno recibe a lo
largo de sesenta minutos o de cuarenta y cinco en la mayoría de los
conservatorios,su clase en la cual el profesor se ocupa de cada aspecto
del aprendizaje:lo técnico,el repertorio más adecuado para el momento
del alumno,los problemas de comprensión,asimilación y hasta emocionales
del alumno.
Es en este marco que
surge la idea del "discípulo"en donde quien aprende va recibiendo no
sólo las pautas técnicas sino todo lo que implica dicha asimilación
pasando por el descubrimiento del autoconocimiento a través de la
experiencia musical.
En el siglo XX,surgieron algunas modalidades de
enseñanza del violín en donde se prioriza por lo colectivo,recibiendo
el alumno su clase junto a diez o veinte compañeros.
Esta filosofía
se respalda en la idea de que el estudiante-niño ,va desarrollando en la
práctica colectiva la técnica del movimiento violinístico en base a la
imitación y a sentirse parte de un conglomerado de jovenes estudiantes
logrando confianza,desinhibición y cierto desarrollo motriz coordinado.
La desventaja del sistema grupal constituye el hecho de que el
estudiante no desarrolla en dicho ámbito la habilidad técnica necesaria
para mejorar la sonoridad,afinación,y musicalidad.
Al priorizarse
por el trabajo grupal,se cultiva el aspecto del sentido de grupo,la
autoconfianza y las ganas de hacer música pero el estudiante se enfrenta
tempranamente a un techo que le impide pasar a etapas de calidad de
desarrollo violinístico.